La ejemplar disciplina y organización que caracteriza a las abejas de poco sirve para resistir el fatal embate de un grupo de avispas japonesas (Vespa mandarinia japonica). El panal, defendido por más de 30,0000 abejas, resultó arrasado por una treintena de avispas, que no solo penetran la guarida de las colmenas para devorar su miel, sino que las van eliminando una a una e incluso varias de ellas son desmembradas. Las avispas acarrean los tórax de sus víctimas para alimentar a sus larvas.
En Japón los productores de miel prefieren a la abejas europeas por sobre las japonesas, pues las primeras son capaces de producir mucha más miel. Sin embargo, constantemente se enfrentan a los asaltos de las avispas locales.
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