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lunes, 21 de marzo de 2011

Temor entre los españoles recién llegados: 'Japón no está diciendo toda la verdad'

154 personas han llegado a la Base Aérea de Torrejón (Madrid) en un avión fletado por el Gobierno para los españoles que deseasen volver tras el terremoto y posterior tsunami registrado en Japón. Junto a los 115 españoles y familiares de primer grado, han volado 22 ciudadanos belgas y ocho brasileños, que desde su llegada a Madrid han pasado a estar bajo cuidado de sus respectivas embajadas.

En la Base de Torrejón se ha desplegado un dispositivo de unas 20 personas del Consejo de Seguridad Nuclear y del Departamento de Sanidad Exterior para realizar un examen a quienesvoluntariamente han querido someterse a control radiológico tras el accidente de la central nuclear de Fukushima. Antes, a bordo del Boeing 747, los pasajeros han rellenado un formulario para conocer "dónde han estado y determinar su riesgo de contaminación".

La directora general de Salud Pública y Sanidad Exterior, Carmen Amela, ha confirmado que no se han encontrado síntomas de contaminación por radiactividad en ninguno de ellos. "No hay ningún riesgo", ha asegurado, al tiempo que explicaba que además de los exámenes sanitarios a los viajeros, se han llevado a cabo pruebas de radiactividad en ropa, equipajes y el avión, en los que tampoco se han encontrado señales de radiactividad, informa EFE.

Aunque 34 de los pasajeros no han querido someterse a las pruebas, los cuestionarios realizados durante el vuelo han confirmado que no existen "ni síntomas ni proximidad geográfica" a Fukushima. "Ninguno de los viajeros vivía a menos de cien kilómetros", ha señalado Amela.

Temores entre los viajeros

Pilar es una de esas pasajeras que ha llegado hoy a Madrid. Cuenta que lleva 13 años viviendo en Japón, a unos 300 kilómetros de Kioto. "Me he venido a España con mis hijos hasta que se pase un poco el estado de incertidumbre y porque, además, allí el trabajo estaba parado", cuenta. Pilar ha añadido que el Gobierno japonés está intentado promover la tranquilidad aunque el estado general en el país es "de nervios".

También Beatriz, de Oviedo, ha decidido regresar a España junto a sus hijos, aunque su marido se ha quedado trabajando en Japón. "Hay muchos españoles que no han querido volver porque están trabajando, pero nosotros decidimos que me vendría yo con los niños hasta que se calmen las cosas; también para tranquilizar a nuestra familia aquí. Además, las réplicas son constantes, aunque pensamos que si la casa aguantó el terremoto grande, también aguantará estos". Beatriz sospecha que el Gobierno japonés "está ocultando algunas cosas". "No está diciendo toda la verdad", afirma.

En el mismo sentido se ha expresado Isaac Vigil, de 31 años: "Era increíble cómo se movían los edificios. Ha habido muchos muertos. Yo he venido por mis padres, pero me gustaría volver para ayudar a los japoneses, que están haciendo de tripas corazón para seguir adelante". "En cuanto a la información que nos ha facilitado el gobierno japonés, creo que nunca sabremos hasta dónde llega la verdad", ha dicho.

Italia amenaza con impedir el uso de sus bases si la OTAN no coordina la operación

Si ya este domingo las declaraciones -matizadas después- del secretario general de la Liga Árabe, Amro Musa, en las criticaba el ataque aliado porque 'se desvía' de su objetivo, levantaron las dudas sobre la legitimidad del ataque aliado en Libia, hoy lunes sonItalia y Noruega las que, por otros motivos, cuestionan su apoyo a la operación 'Amanecer de Odisea'.

Ni la Unión Europea ni la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) parecen ponerse de acuerdo sobre si es preciso proseguir con "ataques selectivos" para frenar la represión contra los civiles en Libia, ni en qué papel exacto debería corresponder a la Alianza Atlántica.

La OTAN intenta resolver las diferencias

Los embajadores de la OTAN se reunieron hoy para tratar de resolver diferencias sobre su posible implicación. Después de semanas de deliberaciones, los embajadores aprobaron el domingo un plan de operaciones para que la OTAN ayude a aplicar un embargo de armas de la ONU contra Libia, pero aún tienen que ponerse de acuerdo para implementarlo o finalizar los planes para un papel de la alianza en la zona de exclusión aérea.

Francia, que lanzó los primeros ataques aéreos, se ha mostrado en contra de una implicación de la OTAN, mientras que Turquía se ha opuesto a cualquier intervención en el país del norte de África.

El lunes, el primer ministro turco, Tayyip Erdogan, dijo que Turquía quería que se cumplieran varias condiciones para un papel de la OTAN: quería que la operación militar concluyera tan pronto como fuera posible, a fin de que los libios puedan trazar su propio futuro y evitar finalizarla con una ocupación.

Mientras, varios diplomáticos dicen que Francia se opone a la implicación de la OTAN porque la reputación de la Alianza se ha visto dañada en el mundo árabe por la guerra en Afganistán, y porque se considera que está dominada por Estados Unidos. Asimismo, funcionarios de defensa franceses creen que poner a la OTAN a cargo de la operación haría imposible obtener el respaldo de la Liga Árabe para la intervención.

Italia

Roma ha afirmado que podría recuperar el control de las bases aéreas que ha cedido a los aliados para sus operaciones si la OTAN no acuerda una estructura de coordinación para la misión.

"Si hay una multiplicación de mandos, lo que podría ser un error en sí mismo, tendríamos que buscar una manera de que Italia recupere el control de sus propias estructuras de mando", dijo el ministro de Relaciones Exteriores, Franco Frattini a los periodistas durante una reunión en Bruselas. El ministro añadió que "habría que buscar una solución operativa para asegurarnos que la acción de otros no tenga repercusiones contra nosotros".

El pasado viernes, cuando Francia Y Reino Unido comenzaron a preparar sus aviones, Italia informó de que excluía, por el momento, que aviones italianos puedan participar para garantizar la zona de exclusión aérea, dadas la situación de Italia como antigua metrópoli de Libia, país con el que firmó en 2008 un Tratado de Amistad.

Por su parte, Noruega, país miembro de la OTAN, que fue uno de los primeros países en anunciar que participará en la operación militar, ha dicho este lunes que no participará en ataques a Libia hasta que no se aclare su misión. La ministra de Defensa noruega, Grete Faremo, afirmó que los aviones de su Ejército -Seis cazabombarderos del tipo F-16- no participarán todavía activamente en las acciones militares.

Francia reconoce descoordinación

Por su parte, las autoridades francesas, impulsoras del ataque, han admitido que la cooperación en el seno de la coalición que aplica la resolución del Consejo de Seguridad de la ONU sobre Libia aún no está "integrada".

El portavoz adjunto del Ministerio de Defensa francés, el general de brigada Philippe Pontiès, declaró que la coordinación de las operaciones es un asunto "extraordinariamente complejo" pero que sí existe ya "a nivel de ministerios de Defensa" de los países que intervienen.

"Por el momento las operaciones se desarrollan conforme a la resolución" de la ONU y es "evidente que el mando integrado facilitaría los intercambios; hoy de momento esta coordinación que hay funciona, aunque la integración haría los intercambios más fluidos", añadió el portavoz.

"Estamos en una operación querida por las Naciones Unidas, aplicada por una coalición 'ad hoc' a la que la OTAN podría eventualmente dar su apoyo", agregó. "Su papel sería en un perímetro de apoyo", indicó el portavoz, que hizo un resumen a la prensa de las últimas operaciones protagonizadas por las fuerzas francesas que participan en la operación.

Declaraciones contradictorias

Además, a lo largo del día se han sucedido otras declaraciones contradictorias. El francés Alain Juppé ha descartado que la OTAN coordine la intervención militar en Libia porque considera necesario "tener en cuenta la opinión de los países árabes". Sin embargo, el primer ministro británico, David Cameron, mantiene justo la opinión contraria y se ha mostrado a favor de que sea la OTAN quien lleve el mando de la misión militar.

Los ministros de Asuntos Exteriores del bloque europeo se han reunido hoy en Bruselas con la intención de aclarar esta fórmula, acuñada por el presidente francés, Nicolas Sarkozy, cuando hace diez días, en una cumbre europea en Bruselas, tomaba la delantera y subrayaba la disposición francesa a realizar "ataques selectivos de carácter defensivo" en Libia.

Y ese es, precisamente, uno de los núcleos centrales del debate actual en la UE, donde comienzan a sonar acordes no tan afinadosen cuanto a la "necesidad" de un ataque contra Libia, sea con las bombas guiadas por láser de los aparatos europeos o con los misiles Tomahawk estadounidenses.

Tras el encuentro de Exteriores en Bruselas, la Alta Representante de Política Exterior y de Seguridad Común de la UE, Catherine Ashton, ha defendido "la determinación de la UE para actuar rápido", rechazando divisiones por el rechazo de Alemania a participar en la intervención militar, una decisión "soberana" de cada país.

España

La ministra española de Asuntos Exteriores, Trinidad Jiménez, subrayaba que la acción militar de la coalición internacional en Libiacumple estrictamente con la resolución 1973 de Naciones Unidas para proteger a los civiles.

"La resolución dice expresamente que se puedan utilizar otro tipo de recursos para mantener la protección de la población. Lo único que se excluye es que haya una fuerza de ocupación terrestre. Es lo único que excluye expresamente la resolución", comentaba.

Por otra parte, ante la división occidental entre quienes desean que sea una gran coalición (más amplia todavía que la actual) la que lleve a cabo las operaciones y quienes prefieren que sea la OTAN quien asuma esa tarea, España, dijo la ministra, apuesta por la coalición.

Rusia, Turquía e Irán critican la intervención militar en Libia

El primer ministro ruso, Vladimir Putin, ha sido muy contundente en su condena a la reacción Occidental respecto a Libia: "La resolución de la ONU parece medieval", ha afirmado. También Turquía ha cuestionado la formación de la alianza internacional contra Muamar el Gadafi, mientras el guía supremo iraní, Ali Jamenei, ha arremetido contra "la intervención militar occidental".

Putin ha comparado el texto con las llamadas de las cruzadas medievales. "La resolución es defectuosa y errónea", dijo durante una visita a una fábrica de misiles balísticos de Rusia. "Se permite todo. Se asemeja a las llamadas de las cruzadas medievales."

Ha asegurado que si se lee el contenido de la resolución, "queda absolutamente claro que permite a todos adoptar cualquier acción contra un Estado soberano".

Poco después de las palabras del primer ministro ruso, el presidente Dmitri Medvedev ha criticado los comentarios de Putin sobre la resolución: "Bajo ninguna circunstancia es aceptable usar expresiones que esencialmente llevan a un choque de civilizaciones. Como 'cruzada'".

"Es inaceptable. De otro modo, todo podría terminar mucho peor, comparado con lo que está sucediendo ahora. Todo el mundo debería recordarlo", dijo el presidente a las agencias rusas, en declaraciones recogida por la BBC.

Más críticas

Ya desde el comienzo de la operación aliada en el país musulmán, Rusia -que junto con China, Alemania, India y Brasil se abstuvo en la votación del Consejo de Seguridad, que este lunes vuelve a reunirse a puerta cerrada- se ha distanciado y ha criticado el bombardeo de objetivos estratégicos como puentes. "Esos ataques aéreos no están cubiertas por la última resolución de la ONU", afirmó el domingo el Ministerio de Asuntos Exteriores en Moscú.

"Lamentamos esta intervención armada en el marco de la resolución 1973 de la ONU que fue aprobada a toda prisa". La resolución tenía como objetivo proteger a la población civil, pero los ataques aéreos contra puentes y otros objetivos no puramente militares ya dejaron al menos 48 civiles muertos, según fuentes oficiales libias.

En este mismo sentido, este lunes, el embajador ruso ante la Alianza Atlántica, Dmitri Rogozin afirmó que las acciones de los países miembros de la OTAN que participan en la operación militar contra el régimen de Muamar al Gadafi exceden los marcos de la resolución del Consejo de Seguridad de la ONU. "Creo que los ataques contra instalaciones que no tienen que ver con la aviación -incluidos medios de defensa antiaérea, aeródromos, blancos aéreos- se salen de los objetivos señalados y no se corresponden con la resolución del Consejo de Seguridad".

De poco ha servido la llamada que del secretario de Defensa estadounidense, Robert Gates, quien llamó a Rusia a que estudie la posibilidad de participar en coaliciones internacionales.

Críticas de Turquía

También la diplomacia turca ha expresado su malestar contra la intervención de los Aliados en Libia. El ministro de Asuntos Exteriores, Ahmet Davutoglu, ha criticado este lunes el modo en que se ha formado la fuerza internacional que desde el sábado ataca las fuerzas leales a Gadafi. "Ante todo, hay procedimientos en el derecho internacional para la creación de tal coalición. No pensamos que se haya aplicado al dedillo los procedimientos".

"Hemos dicho a nuestros interlocutores que no debía provocarse una situación como la de Irak y Afganistán", prosiguió el jefe de la diplomacia turca.

Turquía, miembro de la OTAN (que hasta ahora ha estado dividida sobre si tomar parte, aunque varios países miembros ya han intervenido en los ataques), pidió el domingo a los otros países de la Alianza Atlántica revisar los planes de una posible intervención de la organización. "Hemos planteado cuestiones legítimas durante la reunión de ayer [por este domingo]. No pretendemos poner trabas al proceso", ha afirmado Davutoglu.

El primer ministro turco, Tayyip Erdogan, ha advertido este lunes que su país quiere que se cumplan varias condiciones para que la alianza entre en las operaciones. "Nuestro mayor deseo es que esta operación se termine lo antes posible, (...) que el pueblo libio decida su propio futuro". "Si la OTAN va a entrar en la operación, tenemos algunas condiciones. La OTAN debería entrar con el reconocimiento de que Libia pertenece a los libios, no para la distribución de sus recursos".

Los países árabes no quieren que la intervención militar en Libia se realice bajo control de la OTAN, según ha dicho este lunes el ministro francés de Exteriores, Alain Juppé.

Jamenei arremete contra la intervención

El guía supremo iraní, Ali Jamenei, ha "condenado la intervención militar occidental en Libia". Según el ayatolá, las potencias occidentales pretenden "poner la mano sobre el petróleo".

Sin embargo, Jamenei ha dicho que Teherán "apoyaba" la revuelta en Libia. Irán apoya "todos los movimientos de revuelta" en la región que tienen por lema "islam y libertad", ha dicho, durante un discurso retransmitido por la televisión iraní.