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domingo, 17 de abril de 2011

Peligro, agua fluorada


¿Es lícito emplear el agua de las redes públicas de distribución como vehículo de un medicamento? Ésta es la pregunta con la que se discuten los posibles beneficios de la fluoración del agua, que repercute en toda la población y no permite controlar los efectos secundarios que causa el flúor, una sustancia química beneficiosa para los dientes, pero que en altas dosis es considerada un veneno. La caries no es una enfermedad por carencia de flúor, sino la consecuencia de una alimentación equivocada (en particular, la ingestión excesiva de azúcar y de productos azucarados) y de la mala higiene bucodental. Los hábitos perjudiciales que conducen a las caries no serán evitados por la fluoración, del agua potable. Existe un amplio abanico de posibilidades preventivas (alimentación racional, educación sanitaria, fluoración tópica, fluoración de la sal, administración de comprimidos, fluoración de los abastecimientos de agua).Para elegir el procedimiento a emplear deben tenerse en cuenta no sólo sus ventajas bajo el punto de vista de la sanidad preventiva, sino también las consecuencias negativas que algunos de entre ellos, como la fluoración de las aguas de consumo público, pueden tener para la naturaleza. No olvidemos que, como dijo hace pocos días el Príncipe de Asturias, "la tierra no es un ámbito de un solo uso", la protección del ambiente "es una tarea que compete y obliga a todos, ciudadanos e instituciones" y "es un imperativo moral la necesidad de su conversación".

La fluoración artificial del agua comenzó en Estados Unidos el año 1945. Desde entonces existe una dura controversia entre partidarios y enemigos de esta práctica. En opinión de Outerbridge (1986), no hay evidencia científica de las ventajas de la fluoración y añadir flúor al agua es también una manera cómoda de deshacerse, de una forma socialmente aceptable, de peligrosos residuos industriales.

Después de 45 años de su primera aplicación, continúa siendo una práctica casi exclusivamente estadounidense y de su área de influencia (sólo el 9% de la población mundial y el 1,9% de la europea recibe agua fluorada, frente al 45,34% de Estados Unidos). En Europa se valoran más los efectos desfavorables de la ingestión continua de flúor y la posibilidad de riesgos para las personas y la naturaleza. Esto ha llevado en algunos de sus países a la prohibición (Austria, Dinamarca, Holanda, Suecia) o a la suspensión (Alemania, Bélgica, Yugoslavia) de la fluoración de las aguas. Se tiende, en general, a responsabilizar al individuo y la familia, a la atención escolar y a la educación sanitaria.¿Por qué elegir el agua potable como vehículos para distribuir y administrar el flúor? Los promotores de la fluoráción del agua alegan que es una medida de salud pública ideal, ya que sus beneficios alcanzan a todos,
independientemente de la situación socioeconómica o de la disponibilidad de servicios dentales y porque la eficacia del métodono depende de la participación activa de las personas. Argumentos de este tipo suponen aceptar la distribución de un medicamento por medio de agua potable y consentir la supresión de nuestro derecho a elegir lo que es saludable y seguro para nuestros hijos y para nosotros mismos. Esta disparidad de criterios no importaría si el flúor fuera una sustancia del todo inocua. Sin embargo, se trata de un veneno, de un inhibidor eficaz de los enzimas asociados con el metabolismo respiratorio y con el mecanismo de su oxidación celular.

Los partidarios de la fluoración muestran la existencia de una correlación beneficiosa entre un determinado contenido de flúor en el agua para beber y la incidencia de caries dental entre sus consumidores. Por supuesto, no admiten que esta medida tenga riesgos sanitarios. Sin embargo, cada día son más numerosas las publicaciones científicas sobre los efectos perjudiciales del flúor. Los doctores Burker, antiguo jefe de la división de citoquímica del Instituto Nacional del Cáncer, y Ylamouylannis, director científico de la Federación Nacional de Salud de Estados Unidos, informaron en 1975 del aumento de un 19% en el número de enfermos de cáncer en las ciudades con abastecimiento de agua florada. Rapaport (1963) destacó el significativo paralelismo existente entre la concentración de flúor en el agua para beber y la incidencia del mongolismo. Cadell (1977) sugiere la existencia de una relación entre la "muerte de los lactantes" y el exceso de flúor en la dieta.

Además, la noción, inherente al tratamiento masivo, de que lo que es bueno para uno es bueno para todos, es refutada por los hechos. Los individuos tienen sensibilidades muy diferentes a diferentes sustancias, y el flúor no es la excepción. Se consideran poblaciones de riesgo a pacientes con diabetes, nefritis crónica, artritis reumatoíde y fluorosis esquelética. El centro de información de medicamentos de la Seguridad Social (abril de 1982) considera que el empleo del flúor deberá evitarse en estos casos, así como durante el embarazo o la lactancia, debido a que no se conocen los posibles efectos sobre el feto o el lactante.Los partidarios de la fluoración alegan que esto sólo ocurre a altas concentraciones, pero ¿dónde está realmente la evidencia de que el flúor añadido al agua y en concentraciones de hasta 1 mg/1 sea inocuo? Su inocuidad no ha sido demostrada y existe una creciente evidencia en el sentido contrario. En opinión del Ministerio del Ambiente de Quebec (1979), estamos en presencia del estudio toxicológico más grande emprendido desde el principio de la humanidad, y que se efectúa sin el consentimiento de la población implicada. La fluoración del agua potable supone un impacto contaminante que puede traer consecuencias muy graves para los ecosistemas hídricos y su diversidad biológica. Está claramente reconocido que los seres vivos, cuando ingieren flúor, lo acumulan en gran parte en su organismo, lo que puede ocasionarles alteraciones bioquímicas y morfológicas. Estos cambios pueden modificar, directa o indirectamente, las biocenosis en los sistemas naturales y disminuir la capacidad de los organismos para mantener su posición ecológica.

Algunas empresas que venden agua embotellada han comenzado a fluorar el agua, por ello es importante que antes de comprar una botella con agua leamos si la misma está o no fluorizada, pues como he manifestado, estudios han demostrado que a lo largo del tiempo trae problemas a la salud.

La miel puede combatir superbacterias


La miel parece ser una herramienta efectiva para combatir algunas de las infecciones bacterianas más difíciles de tratar, como las resistentes a los antibióticos más poderosos, revela un estudio.

Según los científicos de la Universidad de Gales en Cardiff, los experimentos llevados a cabo en el laboratorio mostraron que la miel puede limpiar la bacteria que se encuentra en heridas infectadas y en las superficies contaminadas en los hospitales.

Tal como explica la profesora Rose Cooper, quien presentó su estudio en la conferencia anual de la Sociedad para la Microbiología General, que se celebra en Harrogate, Inglaterra, la miel parece actuar descomponiendo las defensas que utilizan las bacterias contra los antibióticos.

Por eso, señala la investigadora, la miel puede ser una forma útil de combatir las infecciones de superbacterias como el estafilococo dorado resistente a la metilicina (EDRM). Los investigadores estudiaron la miel de manuka, que se deriva del néctar que recogen las abejas de Nueva Zelanda en el árbol de manuka.

Combatir la resistencia

Desde hace mucho se conocen los poderes antisépticos de la miel y se ha utilizado durante miles de años en diversas civilizaciones como tratamiento para las heridas. Hoy en día, una forma purificada de la miel de manuka, en específico, está incluida desde hace tiempo en medicamentos que se venden en farmacias en todo el mundo para la curación de heridas.

Sin embargo, hasta ahora no se conocen con precisión cuáles son los mecanismos que confieren a la miel sus propiedades antimicrobianas y por eso el producto no ha podido ser aprovechado de forma adecuada. Para entender estos mecanismos la profesora Cooper y su equipo investigaron la forma como la miel interactuaba con tres tipos de bacteria que comúnmente infectan las heridas.

Estas son: la pseudomona aeruginosa, el estreptococo Grupo A y el estafilococo dorado resistente a la meticilina.

Los investigadores descubrieron que la miel puede impedir la adherencia de las pseudomonas y estreptococos al tejido, lo cual es un paso esencial para el inicio de infecciones agudas. Al evitar esta adherencia también se bloquea la formación de biopelículas, que son unas capas finas que protegen al microbio de los antibióticos y le permiten causar infecciones persistentes.

Y el estudio, dice la profesora Cooper, "también mostró que la miel puede hacer al EDRM más sensible a antibióticos como la oxacilina, lo cual significa que logró revertir la resistencia a estos fármacos". "Esto indica que los antibióticos existentes podrían ser más efectivos contra las infecciones resistentes si se utiliza una combinación del fármaco con miel de manuka".

De grado médico

"Lo que necesitamos hacer ahora es estudiar estas combinaciones y llevar a cabo ensayos clínicos en pacientes", agrega la investigadora. "La miel puede ser aplicada localmente en la herida o usada combinada con el antibiótico para tratar las infecciones resistentes".

La profesora Cooper advierte, sin embargo, que la gente no debe tratar de curarse en su casa con miel comprada en el supermercado.

"Ésta es una alternativa poco higiénica y no se recomienda. Lo que hemos estado analizando en nuestros estudios es una miel de grado médico (purificado), no el producto que se compra en las tiendas" dice. El hallazgo, afirman los expertos, podría conducir a un mayor uso clínico de la miel en momentos en que el mundo enfrenta la amenaza de una escasez de antimicrobianos poderosos para combatir la creciente resistencia de bacterias.

"El uso de agentes tópicos como la miel para erradicar las bacterias de las heridas es potencialmente más barato y podría mejorar la terapia antibiótica en el futuro" expresa la investigadora. "Y esto nos ayudará a reducir la transmisión de bacterias resistentes a los antibióticos de una herida colonizada a los pacientes más susceptibles", agrega.

España: Diez veces más mercurio en la sangre que los alemanes


El primer estudio preliminar sobre la presencia de elementos contaminantes en el organismo de los españoles confirma los altos niveles de este metal pesado en comparación con otros países.

El mercurio, uno de los metales pesados que más amenazan la salud pública, está demasiado presente en el organismo de los españoles. En concreto, a niveles que multiplican por diez los encontrados en ciudadanos de Alemania, Estados Unidos y Canadá en estudios previos. Los responsables del informe, presentado ayer por el Ministerio de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino, insistieron en que los resultados son todavía provisionales. Sin embargo, los representantes del Gobierno que asistieron a esta presentación reconocieron que se trata de unos números que generan preocupación.

"No es un dato para alarmar ni alertar a la población", aseguró la máxima responsable del estudio, Argelia Castaño, jefa del Área de Toxicología Ambiental del Instituto de Salud Carlos III. No obstante, reconoció que los resultados sí que deberían preocupar en el caso de las mujeres embarazadas españolas. "En su caso, habría que tomar medidas", señaló la investigadora del Instituto de Salud Carlos III. Castaño señaló que aunque durante muchos años se pensó que la placenta protegía de los agentes tóxicos a los fetos, ahora ya se sabe "que no es tal barrera".

La primera en mostrar su preocupación tras conocer los resultados fue la secretaria de Estado de Cambio Climático, Teresa Ribera, quien consideró que cuando se confirmen por completo se deberían "requerir políticas más agresivas" frente a las sustancias químicas contaminantes que pueden afectar a la salud de los ciudadanos.

Ejemplo del tabaco

"Es necesario reducir la presencia de mercurio", admitió Ribera, aunque no quiso ser más concreta a la hora de señalar las actuaciones necesarias para alcanzar esa meta. En ese sentido, puso como ejemplo la Ley del Tabaco, ya que otros elementos contaminantes analizados en el estudio, como el cadmio o la cotinina, tienen como principales víctimas a los fumadores. Para Ribera, es "absolutamente crítico acelerar" la transformación a sistemas industriales que no usen mercurio.

Castaño recordó durante su exposición que el elemento que más contribuye al aumento de mercurio en el organismo de las personas es la ingesta de pescado, sobre todo el de gran tamaño, como asegura la literatura científica mayoritaria. Los resultados de su trabajo lo corroboran: buena parte de las zonas costeras españolas registraron unos índices más altos que las zonas interiores.

En concreto, las comunidades autónomas con mayor nivel de mercurio en el cuerpo de sus habitantes son Andalucía, Murcia, Valencia, Galicia, Asturias y Cantabria. En el extremo contrario se sitúa Castilla y León, una de las regiones donde menos pescado se consume en España.

A pesar de que la comparación entre Alemania y España es muy llamativa, Castaño quiso enviar un mensaje de tranquilidad al asegurar que el mercurio encontrado en la sangre de los españoles se encuentra a niveles "semejantes" a los de otros grandes consumidores de animales marinos, como Japón y algunos países mediterráneos.

Los datos del estudio, realizado a 1.936 personas de 18 a 66 años de 12 autonomías distintas, también muestran que, lógicamente, el contenido de mercurio en el cuerpo de los mayores es más alto que en el de los jóvenes, puesto que se acumula en el organismo con el tiempo. Además, el nivel medio es ligeramente superior en hombres queen mujeres.

Tras la presentación de la investigadora del Instituto de Salud Carlos III, el director general de Calidad y Evaluación Ambiental, Jesús Huertas, reconoció el valor del estudio para dar "un paso importante en el conocimiento" de un área que "preocupa" al Gobierno. Junto a él, la directora de Salud Pública de la Organización Mundial de la Salud, María Neira, aseguró que su organismo se disponía a incorporar estos hallazgos porque "ponen a España en el mapa" de la investigación de contaminantes. Neira recordó que la Unión Europea acaba de retirar todo material médico que incluya mercurio.

España ha realizado este informe, que será publicado en verano, para cumplir con las exigencias de la Unión Europea sobre contaminantes orgánicos persistentes y sustancias químicas. Alemania realiza estas investigaciones desde 1986, mientras que Estados Unidos trabaja en la materia desde 1976. El estudio español, encargado por el Ministerio de Medio Ambiente y realizado con la ayuda del de Ciencia e Innovación, también comparaba los niveles españoles de otros elementos químicos con países desarrollados. Los niveles españoles de cadmio y plomo en el organismo son similares a los de otras naciones desarrolladas.

De la fábrica al plato

El problema del consumo de pescado con mercurio es conocido. Este metal pesado llega al mar desde las industrias químicas, como las fábricas de cloro, y se introduce rápidamente en la cadena alimenticia de los animales marinos. Allí se incorpora al organismo de los grandes peces tras comerse a los más pequeños, que lo consumen en elplancton. El atún y el pez espada son los pescados con más mercurio en su cuerpo.

"A los adultos no les va a pasar nada con los niveles detectados en España", indica el científico del CSIC Eduard Rodríguez Farré, miembro del Comité Científico de la UE sobre Riesgos Emergentes para la Salud Pública. Sin embargo, Farré explica cómo el daño se le puede producir al feto cuando la madre ha consumido mucho pescado durante el embarazo. "Demasiado mercurio puede tener un impacto negativo en el neurodesarrollo fetal. No serán patologías graves, pero sí pueden darse alteraciones neurocognitivas que afecten al aprendizaje", advierte.

Farré recuerda que, más allá del pescado, las bombillas de bajo consumo han surgido como una nueva fuente de mercurio inorgánico que puede suponer una amenaza a la larga. Al romperse, estas bombillas emiten vapor de mercurio, por lo que el experto cree que debería regularse mejor su gestión como residuo y advertir a los consumidores sobre su manejo.

La responsable de Residuos de Ecologistas en Acción, Leticia Baselga, considera "gravísimo" que un informe ministerial admita públicamente que el origen de los altos niveles de mercurio en la población española se debe al pescado. "Siempre lo han negado, para evitar problemas de alarma social", asegura Baselga. Según esta portavoz ecologista, para atajar el problema debe acudirse al origen industrial del mercurio, restringiendo al mínimo su uso.

Baselga recuerda que la Unión Europea pretende etiquetar el atún con una advertencia para que mujeres embarazadas y lactantes moderen su consumo. "Los japoneses, además, controlan el nivel de mercurio de los atunes en el propio barco de pesca", sugiere.

Un riesgo para la mitad de los bebés

¿Cuántos niños españoles tienen exceso de mercurio?

Más de la mitad de los españoles nace con niveles excesivos de mercurio en sangre, según desveló en enero el mayor estudio realizado hasta la fecha en nuestro país. El trabajo, que analizó la sangre del cordón umbilical de casi dos millares de mujeres, mostró que el 64% de los bebés está expuesto a niveles considerados inseguros por la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos.

¿El metal representa un riesgo para los recién nacidos?

Los autores del estudio, del Consorcio de Investigación Biomédica de Epidemiología y Salud Pública de España, pidieron calma tras publicar su trabajo, ya que no habían detectado "efectos graves" asociados a los niveles altos de mercurio en los niños, de momento. El metilmercurio, la forma más tóxica del metal, es neurotóxico y puede provocar problemas en el habla y en el desarrollo motor.

¿Qué se puede hacer para evitar la exposición al tóxico?

En 2008, la Comisión Europea pidió a "las mujeres que puedan estar embarazadas, las que estén embarazadas o las mujeres lactantes" que redujeran a una mínima ración, menor de 100 gramos, su consumo de pez espada, lucio o tiburones por semana. La Comisión también recomendaba a estas mujeres no comer atún más de dos veces por semana, para evitar que el mercurio almacenado en la carne del pescado pase al feto o al recién nacido. En España, los tiburones más consumidos son el cazón, preparado en adobo en Andalucía, y la tintorera, que se vende congelada.